La diabetes y sus ojos
- giovannidicosmo
- 19 jul
- 5 Min. de lectura
Una conexión que debes conocer
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en el Reino Unido y en todo el mundo. Si bien su impacto en la regulación del azúcar en sangre, la función renal y la salud neurológica es ampliamente reconocido, a menudo se subestima la relación crucial entre la diabetes y la salud ocular. La diabetes puede causar daños significativos en los ojos, pudiendo derivar en problemas de visión e incluso ceguera si no se controla eficazmente.
Cómo la diabetes daña silenciosamente tus ojos
El problema fundamental de la diabetes son los niveles persistentemente elevados de azúcar en sangre. Con el paso del tiempo, este exceso de azúcar puede dañar gravemente los diminutos y delicados vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluidos los que irrigan los ojos. Este daño insidioso puede manifestarse de diversas maneras:
Retinopatía diabética: Esta es la complicación ocular más frecuente y grave de la diabetes. Se produce cuando los niveles altos de azúcar en sangre afectan los vasos sanguíneos de la retina , el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo que convierte las imágenes visuales en señales eléctricas para el cerebro.
Etapa temprana (Retinopatía Diabética No Proliferativa - RDNP): En esta fase inicial, las paredes de los vasos sanguíneos de la retina comienzan a debilitarse, formando pequeñas protuberancias conocidas como microaneurismas . Estos microaneurismas pueden filtrar líquido y sangre, lo que provoca inflamación de la mácula , la parte central de la retina responsable de la visión nítida y detallada. Esta inflamación se denomina edema macular diabético (EMD) y es una de las principales causas de pérdida de visión en personas con retinopatía diabética.
Etapa avanzada (Retinopatía Diabética Proliferativa - RDP): A medida que la enfermedad avanza, la retina intenta compensar el suministro de sangre dañado mediante el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos anormales y extremadamente frágiles. Estos nuevos vasos son propensos a sangrar hacia el vítreo (la sustancia transparente y gelatinosa que llena el ojo), lo que puede causar la aparición repentina de miodesopsias (manchas oscuras o líneas onduladas) o una obstrucción significativa de la visión. Además, estos nuevos vasos pueden formar tejido cicatricial, que puede ejercer tracción sobre la retina y potencialmente provocar un desprendimiento de retina , una afección grave que puede provocar la pérdida permanente de la visión.
Cataratas: Las personas con diabetes tienen una probabilidad considerablemente mayor de desarrollar cataratas , y a menudo a una edad más temprana, en comparación con quienes no padecen esta afección. Una catarata es una opacidad del cristalino natural del ojo, que puede causar visión borrosa y deslumbramiento.
Glaucoma: La diabetes también aumenta el riesgo de desarrollar glaucoma , un grupo de afecciones oculares que dañan progresivamente el nervio óptico (que transmite la información visual del ojo al cerebro). En algunos casos, pueden desarrollarse nuevos vasos sanguíneos anormales en el iris (la parte coloreada del ojo), lo que obstruye el drenaje normal de líquido ocular y provoca un aumento de la presión intraocular, una causa subyacente común del glaucoma.

Reconociendo las señales de advertencia: síntomas a tener en cuenta
En sus primeras etapas, la enfermedad ocular diabética suele ser asintomática. Este hecho subraya la importancia de las revisiones oculares de rutina. Sin embargo, a medida que la afección progresa, podría comenzar a experimentar:
Visión borrosa o fluctuante
La aparición de manchas, hilos oscuros (moscas volantes) o formas oscuras en su campo de visión.
Dificultad para percibir los colores o colores que aparecen deslavados
Áreas oscuras o vacías dentro de su campo visual
Visión nocturna deteriorada
Pérdida repentina e inexplicable de la visión
Dolor o enrojecimiento ocular (menos común, pero puede ocurrir con ciertas complicaciones como el glaucoma neovascular)
Si nota alguno de estos síntomas, especialmente cualquier cambio repentino en su visión, es imprescindible contactar a su oftalmólogo o médico de cabecera sin demora.
Prevención y manejo: su mejor defensa para una visión duradera
La buena noticia es que, con un manejo proactivo y diligente, el riesgo y la gravedad de las complicaciones oculares diabéticas pueden reducirse sustancialmente. Aquí le indicamos lo que debe hacer para proteger su vista:
Control riguroso de la glucemia: Este es el pilar fundamental para prevenir la enfermedad ocular diabética. Colabore estrechamente con su equipo de atención médica para mantener sus niveles de glucosa en sangre dentro del rango objetivo.
Controle la presión arterial y el colesterol: la presión arterial alta (hipertensión) y los niveles elevados de colesterol pueden comprometer aún más los vasos sanguíneos, acelerando la aparición y la progresión de complicaciones oculares.
Exámenes oculares regulares con dilatación de pupilas: Incluso si su visión parece perfecta, los exámenes oculares anuales con dilatación de pupilas son esenciales para todos los diabéticos (normalmente comienzan 5 años después del diagnóstico de diabetes tipo 1 e inmediatamente después de la diabetes tipo 2). Estos exámenes completos permiten a su oftalmólogo inspeccionar a fondo la retina y el nervio óptico y detectar cualquier problema antes de que represente una amenaza significativa para su visión.
Adopte opciones de estilo de vida saludables:
Consuma una dieta equilibrada rica en una variedad de frutas, verduras y ácidos grasos omega-3 beneficiosos.
Mantenga un peso saludable mediante actividad física regular adaptada a sus capacidades.
Deje de fumar inmediatamente: fumar aumenta drásticamente el riesgo de sufrir todas las complicaciones diabéticas, incluidas las enfermedades oculares graves.
Proteja sus ojos de los dañinos rayos UV usando siempre gafas de sol de buena calidad cuando esté al aire libre.
El tratamiento oportuno es clave: Si se diagnostica una enfermedad ocular diabética, la intervención temprana es fundamental. Las opciones de tratamiento, determinadas por su oftalmólogo, pueden incluir:
Tratamiento con láser (fotocoagulación): se utiliza para sellar vasos sanguíneos con fugas o destruir vasos sanguíneos nuevos anormales para prevenir daños mayores.
Inyecciones de medicamentos (anti-VEGF o corticosteroides): se administran directamente en el ojo para reducir la hinchazón e inhibir el crecimiento de vasos sanguíneos anormales.
Cirugía de vitrectomía: se realiza para eliminar sangre o tejido cicatricial del ojo, particularmente en casos más avanzados de retinopatía proliferativa o desprendimiento de retina.
El poder indispensable de la detección temprana
La enfermedad ocular diabética puede progresar silenciosamente, a menudo sin síntomas perceptibles, hasta que se produce un daño significativo. Por ello, las citas regulares y completas de revisión ocular son la herramienta más eficaz para proteger su visión. Al identificar los problemas en una etapa temprana, los tratamientos suelen ser mucho más eficaces, ayudando a prevenir o limitar considerablemente la pérdida de visión.
Al controlar activamente su diabetes y priorizar su salud ocular, puede reducir significativamente el riesgo de complicaciones y preservar su valiosa vista durante muchos años. No espere a que aparezcan los síntomas: asegúrese de programar su examen anual de pupila dilatada hoy mismo.



